sábado, 20 de abril de 2013

Tú y tus libros, tus seis o siete álter egos, tus ensoñaciones, los miedos que dices que te despiertan en mitad de la madrugada.
Tú y tus mentiras, tú y tus cuentos para no dormirte.
Tus ansias de ser más de lo que eres, porque para ti no eres suficiente.
Ese es el problema, que para ti nada es suficiente, te lo resumo así: sin letras de canciones, sin párrafos subrayados, sin poner tus miedos en personajes inventados.
Sí, tienes un problema. Pero ¿Qué estás haciendo? Eso ya lo sabes. Y es igual de inútil ignorarlo y fingir que no existe como lo que tú haces: analizarlo, sacarlo de paseo por el silencio, ponerle mil nombres.
Es muy cómodo quedarse entre las sábanas, encerrarse en uno mismo, imaginar que alguien vendrá a salvarte de ti mismo, porque al fin y al cabo eso es lo que les sucede siempre a todos tus álter ego, tan distintos, tan iguales a ti.
Pero no son reales.
Tú sí, ese es el gran drama. “No estoy hecho para el mundo real” en eso si que no mientes… Que es cierto que no a todo el mundo le duele la realidad igual, pero todo el mundo consigue sobrevivir a su monotonía. Porque es muy fácil verse desde fuera, acariciarse a uno mismo y anclar en acordes los defectos.
Y todo el día andas con él ¿Pero qué voy a hacer? ¿Qué puedo hacer? Sería tan sencillo como dejar tanto egocentrismo a un lado, dejar también las malditas palabras a un lado y respirar un poco. Dejar que la gente choque contra ti y que sean ellos quienes te juzguen.
Subir a la montaña rusa y dejar que te encuentre el miedo, que sin miedo no se puede vivir, tú mismo me lo dijiste.

No hay comentarios:

Publicar un comentario