lunes, 28 de octubre de 2013

Tú y yo tan azucarados, y sin embargo con tantas probabilidades de partirnos en dos.
Un pedazo que seas tú,
Y el otro me lo quedo yo.
Porque parece que somos algo indivisible, pero somos dos materiales diferentes,
Y algún día tú te llevarás lo tuyo, y yo me alejaré saltando entre líneas ilegibles.

Pero ahora nadie recuerda el futuro, porque hay pedazos de nosotros tan dulces que quiero dividirlos en segundos hasta que formen tu sonrisa medio torcida.
Es como dormir la siesta abrazados sólo por las piernas
Y dejar que el resto del cuerpo se enrosque en su propio espacio.
No ver una película porque prometí que la vería contigo.
Jugar a videojuegos mientras leo, estudiar mientras duermes a mi lado, despertarte con mi risa en tus oídos.
Acariciar tus clavículas mientras te confieso algo que nunca le había contado antes a nadie.
Que cantes mi canción favorita mientras cocinas.
Maquillarme mientras te veo de reojo en el reflejo del espejo, bailando detrás por tu habitación.
Esperarte durante horas en la esquina del trabajo sólo para darte una sorpresa, para llevarte algo que he visto andando por la calle y he tenido que traerte porque era perfecto para ti.
Despertar por la mañana con tanta suavidad, que te lleva un rato descubrir si estás soñando todavía o realmente es su boca.
Conducir a toda velocidad y mirarnos, sin tocarnos hasta el siguiente semáforo.
Y que la espera se vuelva dolorosa.

Los juegos que nadie más entiende,
aunque todos jueguen a lo mismo.
No darse cuenta de la suerte que tienes,
o lo que es peor, darte cuenta de lo afortunado que eres, y ser tan consciente que se termine un poco el aire.
Es el frío del invierno en la calle y buscarte.
Los vaivenes de cintura y manos,
Los roces involuntarios
Y las caricias
Y sobretodo, mordernos.
Dulce, lenta, tierna y violentamente.
A veces, todo a la vez.


domingo, 13 de octubre de 2013

Look at me, there has to be something more than what they see.

¿Quién soy?
Ya no soy la chica que puede pasar tres días sin comer.
No soy la chica que queda con quien sea un domingo, no importa si ni siquiera le cae bien.
Ya no estoy tan perdida como estaba, sé un poco más quien soy y quizás precisamente por eso a veces resulta tan abrumador que no me encuentro. Conocerme a mi misma hace que me sienta mucho más perdida que cuando no tenía ni idea de quien era.
No soy la chica que no se ocupa de sus entregas de trabajos, que no se preocupa por estudiar, porque al fin y al cabo, siempre hay algo mejor que hacer, y sentirse viva es mucho más prioritario que aprobar.
Ya no soy tan pequeña, y sin embargo si no cuidan de mi es posible que vuelva a tener 18 años, a creerme la reina del mundo y sin embargo temblar si me obligan a bailar.
No soy la chica que se pone canciones tristes y se queda en la cama porque se odia.
Pero según lo escribo, quiero acurrucarme
Muy dentro de las mantas
Y de mí.
Y a la vez,
Salir de noche
Dejar que el frío me golpee en los pulmones
Y sentir algo,
Cualquier cosa
Mientras voy a toda velocidad.
________________________



yo,
no escribo
pseudopoesía
siempre escribo
todo en el mismo renglón
pero a veces
por algún extraño motivo
se escribe solo así
y como no es lo mío
me parece patético.

jueves, 10 de octubre de 2013

Tal vez.

Os presento a M, en una esquina de la habitación. Toda ella es vulnerable, desde la postura de su incómodo cuerpo hasta las defensas que luchan contra los microbios.
No fue fabricada para vivir este mundo tan veloz y tan ordinario.
Ahí está, soñando con que la encuentren mientras se esfuerza en esconderse.
Matándose a sí misma y dejándose matar.
Y no osa preguntar disparates, no vaya a ser que la tachen de lunática.
Quizás si se decidiera a preguntar algunas extravagancias, encontraría, tras ser tachada de desequilibrada un par de veces o tres, a V.
Están en la misma habitación y pueden verse. Pero lo que M ve en V es a un chico sonriente, frenético, hablando a 3000 palabras por segundo.
Lo que no sabe es que gasta tanta saliva porque es la única forma que conoce de no hablar sobre sí mismo.
Ella le ve como el alma de la fiesta, y sin embargo, para V todo es tedioso, y desearía que alguien interrumpiera esta conversación con una pregunta que no sea sólo una pregunta, sino que le permita jugar un poco y dejar que las palabras bailen un poco primero para después formar una respuesta, o varias.
Pero M no va a intentar hacer comprender a la gente lo que ella es, y menos a V, siempre tan rodeado de gente, siempre tan lleno de vida (y sin embargo, siempre ansiando algo más).
Y para V, M no es la chica que tiene la capacidad de hacerle sentir algo, porque ella es sólo otra, tan corriente y tan frecuente como todas las demás.
Pero quizás esta noche, los dos prueben suerte, y ella pueda ser el sátelite que necesita él para entender este planeta.
A sólo una pregunta de lunática de distancia.