lunes, 10 de junio de 2013

"Siempre es demasiado tarde o demasiado temprano para lo que uno quiere hacer."


O siempre recurres a esta excusa como justificación, todo puede ser.
Es una excusa completa, sirve para paliar el miedo, para sosegar el orgullo, para no tener que decidir y cargarte la responsabilidad sobre los hombros.
Decides, pero envuelto en esta excusa maravillosa, la decisión no se siente como tuya.
No decides no hacer algo, sino que todavía no es el momento para arriesgarte y hacerlo, o el momento ya ha pasado y ahora resultaría fuera de lugar.
Qué excusa tan maravillosa, nada depende de ti.
Y así, puedes seguir sin hacer lo que tienes que hacer, o ya puestos, sin tener que decidir, y que no sea para nada responsabilidad tuya, sino del universo, que total, para que existe el universo sino es para que le culpemos de todos nuestros errores, de los miedos que no nos atrevemos a cometer, y de las acciones que cometimos por miedo.
(Pero eso no pasará esta vez, porque aún es demasiado pronto, o ya es demasiado tarde.)