viernes, 22 de febrero de 2013

Se llama inconformismo y se apellida ser humano.


Llora porque necesita dejar de quererle. Necesita poder respirar con toda la capacidad que le permitan sus pulmones. Tiene que dejar de pensar en él a cada segundo del día y morir un poquito con cada canción de amor rídicula que no está hablando de ellos. Que vivir para alguien es de cobardes, porque la vida es maravillosa cuando puedes vivir por y para ti, y olvidarte de depender de una persona y de la eterna agonía de que influyan en tu vida con esa facilidad cruel.
Y a sólo un techo de distancia otra persona llora porque no es capaz de amar. Y ni siquiera hablo de amor, no de algo tan común como llorar por no estar enamorado. No es capaz de amar a ningún ser humano.Y es un vacío tal. No confiar a ciegas en nadie. No arriesgarse y quedarse a vivir en el gris, sabiendo que existe un universo technicolor a un solo sentimiento de distancia.
Amor, ni contigo ni sin ti.

jueves, 14 de febrero de 2013

Lo cómodo que es juzgar. Debe de ser hasta innato. Llorar porque te etiqueten y etiquetar tú sin compasión.
Cada vez que creo que lo sé todo de alguien y me rompen los esquemas, me reinvento, me alegro y me escucho más, porque hay lecciones que nos empeñamos en desaprender, especialmente las básicas. Creer que podemos ver a las personas de un solo vistazo y saber si esconden algo o si son planas. Puedes errar o acertar la idea que te dibujas sobre alguien. Pero existir,(co)existen las personas planas, vacías, cotidianas, con los pies anclados al mundo real. Existen y son la mayoría, y quieres huir de ellas y no escuchar sus historias.
Porque no son sus historias: es su enfoque lo que te está matando de normalidad.
Así que qué más da si me equivoco y les etiqueto mal por una vez, y no les reconozco como lo que son: esas personas que luego me enseñan el mundo con cualquier matiz de otro color (que eso es muy de agradecer, teniendo en cuenta la escasa variedad de colores que existen)

Pero los que merecen la pena existen, con sus miradas calladas y su esconder algo, a veces adrede, la mayoría de las veces no. Una atracción absoluta que no sabes que es, y escuchas y te arriesgas, y a menudo los más fascinantes son un 'bastante' inhumanos, y mueres un poquito y pierdes la fe, pero qué importa, si te has enriquecido con aburridas historias contadas de tal forma que te has creído todo, que hay personas con un don, que lo más mundano existente se hace poesía en sus labios.
Y a quien le importa, si aquí todos aspiran a morir de poesía.
Así que hacedme sentir viva, describirme vuestras utopías y relatar vuestro pasado, vuestro futuro, vuestras ideas. Las mismas ideas que han tenido todas las demás personas con el don de atraer con un gesto y tres palabras.

Si luego me hacéis heridas, os escribiré y os guardaré en el cajón de la idealización.

martes, 5 de febrero de 2013

por amor al arte se escriben mentiras.


Soy muy fácil de comprar y me vendo muy fácilmente, que suena un poco peor.
Me compras con espaldas anchas, o con estrechas con lunares estelares.
Me compras con cualquiera de mis libros favoritos entre las manos.
Me compras melenudo, descuidado, un poquito despeinado…pero que te azote el viento y me duela lo bien que hueles.
Me compras con folios en los bolsillos y hablando prepotentemente de personajes de ficción como si fueran tus mejores amigos, que no lo son, son los míos.
Me compras si cantas distraído y también si silbas. Me compras si sabes soñar y no te da miedo romper los horarios y las etiquetas. Si usas palabras compuestas. Si guiñas bien el ojo derecho.
Hay muchas cosas materiales que me compran: el periódico, el té, lo que hay en las paredes de tu habitación gritando lo que eres y lo que quieres ser.
Pero sólo me vendo por tu sonrisa. Y por conocer cada pedazo de ti.