sábado, 16 de noviembre de 2013

Happiness is a warm gum.

Lo mejor y peor de la felicidad es que la gente nunca es consciente de ella.
Sólo se dan cuenta cuando ya se fue, cuando vuelven a pasearse por sus recuerdos y se dan cuenta de lo bien que estaba todo aquella noche, de lo fácil que hubiese sido sonreír y dejar a un lado los dos detalles diminutos que le impedían disfrutar.

Pero peor que darse cuenta tarde de que fuiste feliz, es ser consciente mientras lo estás siendo.
Es un calor frío en el pecho, una melancolía prematura, un querer que te abracen mientras gritas para poder parar el tiempo y que todo siga así.
Porque no es tan difícil ser feliz.

Y a veces tú mismo te creas los obstáculos.
Ser quien eres nunca o casi nunca importa, porque la gente está demasiado ocupada consigo misma para ver tus defectos (y tus virtudes).
Así que todo el esfuerzo no importa, y fluir es tan sencillo como saber lo joven que eres, y poner todos tus sueños al principio de una noche.

jueves, 14 de noviembre de 2013

"Hay que dejar de buscar culpables"
Pero es más sencillo decirlo que hacerlo.
Porque si bien es fácil culparte a ti de todo,
más fácil me resulta culparme a mi.
Y no importa si mentiste o te creí,
los libros, la ficción tiene la culpa.
¿No me sentiría mejor sin ser Lula Mae? Todo este drama estaría lejos,
y yo sólo sentiría que no sé que me falta, que no sé que hago mal
que el mundo es más grande y más terrible
sin frases que atribuirme.

Pero de esta forma, al menos quedan las letras,
gritando hasta la afonía,

pero nadie lee nada, y por tanto nada entienden.

Y aún así, las palabras calman y refugian en las noches de tormenta.
Y en los días
luminosos, claros, azules,
donde ya no iluminan sus ojos.